Hola hola a todos!!! Ya estoy de vuelta por aquí. Después de mi último post (Foodie Love review), tenía ganas ya de traeros alguna recetilla nueva, de poneros a cocinar de verdad! Y dados los tiempos que corren, ¿qué mejor que aprender a hacer tu propio pan?
Aprender a hacer pan es algo que siempre había querido hacer pues como ya bien sabréis los que me seguís o conoceís, hay pocas cosas que me gusten más que un buen pan. El problema es que nunca había encontrado el momento para ponerme con ello. Pero ahora, gracias a esta “maravillosa” cuarentena, por fin he tenido ese hueco en mi agenda.
Antes de comenzar me gustaría dar las gracias a mi amiga Clara P, ya que si no fuese por ella y el super regalo que me hizo estas navidades, quizás no estaría aquí con esta receta. Y es que tuvo la genial idea de regalarme un curso de introducción a la panadería y claro, acertó de pleno! El curso me encantó y me hizo valorar más aun si cabe el pan y darme cuenta de que hacerlo no es tan fácil como parece.
Pero no os preocupéis porque yo os traigo la receta definitiva: fácil, rápida(dentro de lo posible) y con un resultado final increíble. Así que vamos a ello! Manos a la masa!
Ingredientes
- 500 g de harina (bien solo harina de fuerza o bien 250 g de esta junto con 250 g de harina integral. Os enseñaré el resultado de ambas formas).
- 350 ml de agua tibia
- 10 g de levadura fresca o un sobre de levadura seca (aproximadamente la mitad de gramos). Importante que sea levadura de pan NO la de repostería.
- 10 g de sal
- Un puñado de semillas, del tipo que más os gusten (opcional)
- Un poco de aceite de oliva (para evitar que la masa se pegue a nuestras manos o a los recipientes)
- Papel de horno
- Una bandeja de horno
- Una fuente de horno
- Un bol grande
- Una amasadora (opcional pero facilita mucho el asunto)
- Un horno
1. Mézclalo todo bien
Lo primero que os aconsejo hacer, como en cualquier receta (pero sobre todo en las de repostería), es pesar todos los ingredientes al principio así tendréis una cocina más limpia y ordenada. Una vez hecho esto, podremos empezar de verdad con la receta.
Comenzaremos disolviendo la levadura en los 350 ml de agua tibia que hemos preparado. Mezcla bien hasta que se haya disuelto toda. Al principio costará un poco disolverla del todo (veréis que aparecen grumitos como los de la foto) pero si continuais removiendo se acabará disolviendo completamente. Así es como lo queremos.
Tras ello, pon todos lo ingredientes secos, es decir, la harina, la sal y las semillas, en el bol grande que has preparado. Mezclalo un poco con la ayuda de un espátula o similar. A continuación, añade el agua con cuidado de no salpicar. Añadiremos tanto el agua con la levadura como el resto que nos haya quedado.

2. El amasado (la cosa se complica)
Para amasar la masa tenemos dos opciones: a mano o a máquina. Los afortunados como yo que tengáis amasadora solo tendréis que ponerla a una potencia baja-media y amasar dentro del bol durante aproximadamente 5 minutos hasta que obtengáis una masa elástica y homogénea. Al principio veréis que cuesta incorporar toda la harina (foto de la izquierda) pero seguid amasando hasta que se homegeinice. Incluso, si es necesario, podéis añadir un poco más de agua.
Los que por el contrario no tengáis o prefiráis amasar a mano, os dejo aquí un video de como amasar a mano ya que es un poco dificil explicarlo solo con palabras.

De todos modos a mi me gusta acabar el amasado a mano y lo hago como se indica en la primera parte del video. Si lo hiciera todo a mano, mezclaría primero un poco los ingredientes en el bol y cuando ya tengo una masa algo compacta sigo amasando en la encimera durante unos 10 minutos. Para el toque final con 1 minuto o menos es suficiente. Lo justo para darle la forma redonda para el reposo. A esto se le llama bolear. Así es como os debería quedar.
3. Fermentación: más facil imposible
Esta es sin duda la parte más fácil de todo el proceso ya que no vamos a trabajar nosotros si no la levadura. Tan solo tendréis que poner vuestra masa con la forma que véis en la foto en un bol con las paredes untadas de aceite. Esto es un buen truco para que la masa no se pegue, al igual que se puede usar en las manos a la hora del amasado. Tapamos el bol con un trapo o un poco de film y lo dejamos reposar alrededor de una hora.
Como os decía, es la levadura la que estará trabajando a fondo durante esta fase. Lo que hace es alimentarse de los azúcares de la harina para crecer y doblar el tamaño de la masa. Es en este momento, cuando sabréis que ya ha fermentado lo suficiente. Podéis ver la diferencia de tamaño en las fotos de arriba.
4. Segunda ronda de amasado
Saca tu masa ya crecidita del bol y colocala de nuevo sobre la encimera con algo de harina. Vuelve a amasar tal y como lo has hecho antes. A mi me gusta hacerlo a mano la segunda vez aunque a veces combino de nuevo un poco de amasado a máquina con el amasado a mano. En cualquir caso amasaremos otros 5 minutos para después bolearla tal y como os indicaba antes.

5. Segunda fermentación.
Al igual que el segundo amasado, este paso es opcional pero yo lo recomiendo ya que el pan queda mucho más rico. De nuevo, habría que dejar que la masa doble su tamaño. El tiempo de reposo será el mismo que el de la primera fermentación, el cual depende de la temperatura de la sala y de la humedad. Si en vuestra casa hace calor veréis como tarda menos de una hora.
6. La hora de dibujar
Ahora solo queda darle la forma que queramos a nuestro pan. Para ello sacaremos la masa del bol, la pondremos de nuevo sobre la encimera y le daremos la forma deseada. Puede ser redonda, alargada en forma de barra…como queráis. Incluso podéis dividir la masa en dos partes y hacer dos panes diferentes.

Una vez tengamos ya la masa con la forma escogida, la pondremos sobre la bandeja de horno (que habremos cubierto con papel de horno) y le haremos unos pequeños cortes en la parte superior (con una profundidad de aproximadamente 1/3 de la altura del pan) tal y como podéis observar en la fotografía. De este modo le indicaremos al pan por donde ha de “respirar”.
7. Listo para hornear.
Precalentamos el horno a 250 ºC durante 10-15 minutos (calor solo por abajo) y ponemos en la parte inferior del horno una fuente con unos 250 ml de agua(un vaso de agua). Esto hará que nuestro pan esté más jugoso y esponjoso.
Pasados los 15 minutos de precalentamiento, introducimos el pan más bien en la parte inferior del horno, justo por encima de nuestra fuente con el agua. Atención porque el horneado requiere un poco de atención ya que tiene 3 fases:
- 250 ºC 10 minutos (calor solo por debajo).
- 210 ºC 40 minutos (calor solo por debajo).
- 210 ºC 5 minutos (calor solo por arriba o arriba y abajo) para acabar de tostar bien el pan.
8. La paciencia es la madre de la ciencia
Una vez se haya acabado de hornear nuestro pan lo sacaremos y lo dejaremos reporsar por un buen rato (mínimo una hora) sobre un rejilla si es posible. Aquí es cuando se va a poner a prueba tu paciencia ya que seguramente olerá exquisitio pero tendrás que aguantar. Se que es duro porque mirad que pinta tendrá vuestro pan:



9. Disfrutalo de miles de formas
Como premio a vuestra paciencia, aquí os dejo algunas ideas para disfrutar de vuestro pan en cualquir momento del día.

Aunque bien es cierto que todo español sabe que pan con pan no es comida de tontos si no todo lo contrario! Es comida de genios, sobre todo si está hecho por ti y tan rico como este.
Un saludo muy fuerte a todos y mucho ánimo con lo que nos queda de cuarentena. Y mucha fuerza para todos lo que están sufriendo más directamente los efectos de esta pandemia. Espero que este post os haya hecho salir de esta pesadilla aunque sea por unos minutos. Un besazo a todos 😉